NO ME PREOCUPA LA CORRUPCIÓN POLÍTICA
Sí, señor, así es: a mí no me preocupa la
corrupción política. Y no me preocupa, sencillamente porque la corrupción es un
delito - o varios: prevaricación, cohecho, malversación…, yo qué sé la de
nombres que han inventado para lo que a fin de cuentas no es más que “robo”-,
el cual está penado y castigado por la ley. ¿O no es así?...
Veamos qué se conoce como corrupción política…
Se considera corrupción política aquella actuación del cargo político (o
cargos, no olvidemos que la corrupción conlleva pluralidad siempre) que busca
el propio beneficio en menoscabo y detrimento de los intereses generales…, o
sea robar para uno mismo (o mismos) y que se jodan los demás, que serán quienes
paguen los platos rotos.
Entonces, lógicamente la corrupción política
no representa ningún problema ni causa ningún daño ni a personas ni a la
economía de un país. Porque si se atrapa a un político corrupto (o trama, aquí
entran varios… y los que no se llegan a saber), es de suponer que la Justicia
hará que los criminales repongan todo el producto conseguido por sus actos
delictivos y además les impondrán sanciones económicas, carcelarias y de
inhabilitación (supongo que de por vida: que vayan a comer al contenedor de la
basura, que es ahí a donde pretendían enviar a sus conciudadanos), porque la
corrupción política es un acto de alta traición, es un delito criminal sin
agravantes: la corrupción política genera un perjuicio que persiste a lo largo
del tiempo y la historia, socaba las economías tanto del país como de los
individuos particulares, conllevando a situaciones de pobreza generalizada que devienen en enfermedades y salud
precaria, con lo que entramos en muertes generadas por la avaricia, con lo que
se entra en el homicidio premeditado, el puro y simple asesinato…, asesinatos
tan reales como si disparasen a bocajarro a sus víctimas, y asesinatos que se
prolongan en el tiempo, afectando a las generaciones futuras…; porque no les
quepa duda a ninguno, amigos (y sobre todo amigas), que quienes cometen actos
de corrupción saben muy bien el daño que generan: han estudiado para ello,
tienen una carrera (a veces delictiva) que asevera que son conscientes de la
tarea que desempeñan y por lo tanto culpables de todos los delitos que sus
actos generen. Además quienes cometen estos actos genocidas, pues nos afectan a
todos, no son personas pobres arrastradas al delito inevitablemente como único
medio de subsistencia; no, son señores (y señoras, y perdonen que no las ponga
primero) con auténticos “sueldazos”, que ya de por sí resultan escandalosos,
quienes cometen estos delitos, son personas que por su cargo (no pondré trabajo)
obtienen unos beneficios más que suficientes para mantener el más regalado de
los trenes de vida del mayor de los viciosos de la sociedad. Y a estos
monstruos, disfrutar de tanto… es evidente que les resulta insuficiente; y quieren
atesorar más, y es que la avaricia siempre
pretende llenar un saco roto.
O sea, en resumidas cuentas, que no hay de
qué preocuparse: la Justicia se encargará de eso…, de hacer justicia. Ahora, si
usted (o cualquier otro) me dice a mí y me lo asegura que la Justicia no
funciona, que está al servicio de esos corruptos, o bien que también es un
organismo corrupto que forma parte de la corrupción general…, que los jueces
son, o corruptos que van por libre, o corruptos pagados por los políticos
corruptos (cada partido pagaría a los suyos), entonces yo me preocupo, claro, y
me preocuparía más aún si supiera que el sistema judicial permite a los jueces
elegir los casos a llevar en vez de adjudicarlos por sorteo…; porque esto sería
otro motivo que podría conducir al ejercicio de la corrupción: los jueces
corruptos se harían cargo de los casos
que afectaran a sus “protegidos”, y los jueces no corruptos, los honestos y
honrados podrían así seguir siendo “honestos y honrados” no eligiendo ninguno
de estos casos que podrían quemarles en las manos.
Bueno, si esto fuera así, igualmente sigo
diciendo que tampoco me preocuparía la corrupción política, no. Ahora la única
que me preocuparía es la corrupción judicial: si queda resuelta esta última, la
otra tendría los días contados. Si no se tienen, lo que se precisa es la
elaboración de leyes justas y un sistema que garantice el cumplimiento de
dichas leyes, o sea, la manera y forma de que la corrupción no pueda afectar a
los jueces, y sean inevitablemente castigados de sus delitos, tanto ediles como
alcaldes, empresarios o ministros, presidentes o reyes…, en caso de que los
hubiera…, corruptos, digo. Que igual no hay ninguno,,,; uno, como no sabe. Como no sabe si los hay...
Murcia, 2013
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