martes, 27 de diciembre de 2011

CUESTIÓN DE CANTIDAD


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CUESTIÓN DE CANTIDAD

Un hombre penetró en el bar.

-Dame un poco de agua en una botella que no te sirva, muchacho. Es para echársela al coche -se dirigió exigente al camarero.

La inexacta explicación le fue suficiente al barman; le llenó una botella y se la colocó al alcance de la mano al otro. La cosa no acababa ahí.

-¿Por qué me la has llenado de agua, si te he pedido sólo un poco?...

El individuo, sin tocar la botella, se regodeaba con su amonestación irrefutable.

-Perdone, creí que era para el radiador -dijo el camarero, y vació la mitad del agua que contenía la botella. Volvió a situar la botella sobre el mostrador.

-¿Está bien así?

Los ojos del hombre bailaban en las órbitas con gozo maligno.

-No, porque como es para el radiador del coche, la necesito llena. Y puede que aun así no sea suficiente.

-Y por qué no la ha tomado cuando estaba llena -replicó, ya harto de tanta estupidez, el de la barra.

-Es para que aprendas a darle a la gente lo que te pida; ni más, ni menos.

-Bien, usted a pedido un poco de agua, ¿no?

-Eso es.

-¿Y qué dígito, qué cifra, qué cantidad numérica es para usted “un poco” de agua, señor?

La sonrisa se le esfumó al sujeto.

-No te hagas el listo conmigo, muchacho. Y ten más respeto con la clientela si no te quieres ver en problemas -amenazó descaradamente.

-Pero si usted es la primera vez que entra en este local, y no precisamente para consumir... Que a la vista está.

-Y menos que voy a consumir a partir de hoy. ¡Si será maleducado el muerto de hambre éste!

El cliente, pinciano de clase obrera, violento, salió del local con la botella de agua en la mano. No retornaría el casco.

Pasar más hambre que el lagarto de Jaén.
(Dicho de Valladolid)
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Obra de José Ruiz DelAmor
De "Crónica Negra de Pucela"
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