LA IDENTIDAD
-Me enteré de tus andanzas y avatares escuchando Radio Almenara.
-Sí, es lo malo que tiene el ser un personaje público: tarde o temprano todo acaba
siendo publicado. Público, publicado... Por cierto, ¿por qué utilizas palabras como esas:
andanzas y avatares?...
-Es que estoy leyendo novelas de caballería, como El Quijote, y se me han pegado
algunas de sus expresiones lingüísticas.
-Bueno, podría ser peor.
-¿Qué quieres decir?
-Pues que podrías haber estado leyendo obras jurídicas, y se te habría pegado algo
del lenguaje forense, lo cual habría sido bastante molesto para mí.
-Sí, claro, como tú acabas de salir de prisión por lo de Marbella.
-Sí, por eso lo digo. Uno ya está harto de tanto oír hablar palabras arcaicas en
desuso. Hasta los mismísimos...
-Lo comprendo, siento habértelo recordado.
-No pasa nada, hostias, a todo se acostumbra uno.
-Ya, pero los periodistas no te dejarán en paz.
-Eso sí que es malo, no puedes moverte por ninguna parte sin que te echen sus
cámaras fotográficas a la cara, ¡los muy buitres!
-Y ahora qué harás.
-Tratar de vivir poco a poco... el tiempo que me quede.
-¿No le echaste cuento a lo de tu enfermedad en la cárcel?
-Bueno, algo sí, pero también es verdad que no gozo de buena salud. ¿Para qué
contar?..., cosas de cada uno.
-Por lo menos ella no te ha dejado de lado, ¿verdad?
-Sí, esa es mi fortuna, me sigue siendo fiel, la santa. Es mi consuelo.
-Algo te queda. Y algo te quedará de lo que te llevaste, ¿no?
-¿Llevarme yo?... ¡Que yo no he cogío ná que no fuá mío!... ¡A ver si to`l mundo
s`entera, cojones!... Si te doy una hostia te desparramo los sesos, capullo. Serás pedazo
de imbécil, desgraciao... ¿Y tú eres un amigo?... ¿Tú eres amigo mío?...Tú eres un hijo
de la gran puta, cabrón de mierda.
-Perdona, Julián... ¡Coño, cómo te pones enseguida por nada!
-¿Por nada? ¿Por nada?... Gilipollas, si tú tuvieses que pasar lo que yo he pasao te
ibas a enterar de lo que es bueno, mamón.
-Bueno, me voy, te dejo, que parece que no tienes un buen día. Adiós.
-Sí, vete, subnormal de los huevos, ve a que te den por el culo, maricón de playa.
¡Habrase visto el infeliz!...
La tormenta fue amainando. El hombre es bueno, los hombres son malos; y dos son
ya una multitud.
-Me enteré de tus andanzas y avatares escuchando Radio Almenara.
-Sí, es lo malo que tiene el ser un personaje público: tarde o temprano todo acaba
siendo publicado. Público, publicado... Por cierto, ¿por qué utilizas palabras como esas:
andanzas y avatares?...
-Es que estoy leyendo novelas de caballería, como El Quijote, y se me han pegado
algunas de sus expresiones lingüísticas.
-Bueno, podría ser peor.
-¿Qué quieres decir?
-Pues que podrías haber estado leyendo obras jurídicas, y se te habría pegado algo
del lenguaje forense, lo cual habría sido bastante molesto para mí.
-Sí, claro, como tú acabas de salir de prisión por lo de Marbella.
-Sí, por eso lo digo. Uno ya está harto de tanto oír hablar palabras arcaicas en
desuso. Hasta los mismísimos...
-Lo comprendo, siento habértelo recordado.
-No pasa nada, hostias, a todo se acostumbra uno.
-Ya, pero los periodistas no te dejarán en paz.
-Eso sí que es malo, no puedes moverte por ninguna parte sin que te echen sus
cámaras fotográficas a la cara, ¡los muy buitres!
-Y ahora qué harás.
-Tratar de vivir poco a poco... el tiempo que me quede.
-¿No le echaste cuento a lo de tu enfermedad en la cárcel?
-Bueno, algo sí, pero también es verdad que no gozo de buena salud. ¿Para qué
contar?..., cosas de cada uno.
-Por lo menos ella no te ha dejado de lado, ¿verdad?
-Sí, esa es mi fortuna, me sigue siendo fiel, la santa. Es mi consuelo.
-Algo te queda. Y algo te quedará de lo que te llevaste, ¿no?
-¿Llevarme yo?... ¡Que yo no he cogío ná que no fuá mío!... ¡A ver si to`l mundo
s`entera, cojones!... Si te doy una hostia te desparramo los sesos, capullo. Serás pedazo
de imbécil, desgraciao... ¿Y tú eres un amigo?... ¿Tú eres amigo mío?...Tú eres un hijo
de la gran puta, cabrón de mierda.
-Perdona, Julián... ¡Coño, cómo te pones enseguida por nada!
-¿Por nada? ¿Por nada?... Gilipollas, si tú tuvieses que pasar lo que yo he pasao te
ibas a enterar de lo que es bueno, mamón.
-Bueno, me voy, te dejo, que parece que no tienes un buen día. Adiós.
-Sí, vete, subnormal de los huevos, ve a que te den por el culo, maricón de playa.
¡Habrase visto el infeliz!...
La tormenta fue amainando. El hombre es bueno, los hombres son malos; y dos son
ya una multitud.
*
Obra de José Ruiz DelAmor
Obra de José Ruiz DelAmor
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