HISTORIAS ESPACIALES
El espacio, una frontera cada día más próxima.
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El espacio, una frontera cada día más próxima.
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ÍNDICE:
COLORES
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EL BICHO
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LA PELOTA
LA PELOTA
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***
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***
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COLORES
Un descanso en la batalla galáctica.
-¿Se sabe ya por qué la primera expedición que enviamos desde la Tierra fue atacada por los aborígenes de este planeta?
-Aún no, mi general. En lo que ha durado la guerra con ellos se ha podido constatar su evidente desequilibrio psíquico. Basta con observar sus cadáveres para apreciarse. Ved: todos llevan pintado el cuerpo con los más extravagantes colores. Deben de ser unos locos de atar. Parecen obsesionados por los matices y los tonos de los colores más… ¿cómo diría?..., chillones.
-Se dice que atacaron a la expedición con pistolas, aunque es bien cierto que en aquel ataque no sufrimos pérdida alguna.
-Así es, mi general. Con pistolas como ésa que se encuentra a sus pies.
-¿Ésta? -se inclina y la recoge del suelo.
El general la dispara hacia la tierra de nadie. Un chorro de corto alcance brotó del arma.
-Pero... ¡si es pintura!... Una pistola de pintura. Sólo querían pintar a los miembros de la expedición con colores, para que no se sintiesen fuera de lugar entre ellos.
-Entonces esta guerra es un error -constató el soldado mientras miraba directamente al rostro de su superior.
-Que quedará enmendado ganando la guerra –dijo aquél, y ordenó un nuevo ataque.
Un descanso en la batalla galáctica.
-¿Se sabe ya por qué la primera expedición que enviamos desde la Tierra fue atacada por los aborígenes de este planeta?
-Aún no, mi general. En lo que ha durado la guerra con ellos se ha podido constatar su evidente desequilibrio psíquico. Basta con observar sus cadáveres para apreciarse. Ved: todos llevan pintado el cuerpo con los más extravagantes colores. Deben de ser unos locos de atar. Parecen obsesionados por los matices y los tonos de los colores más… ¿cómo diría?..., chillones.
-Se dice que atacaron a la expedición con pistolas, aunque es bien cierto que en aquel ataque no sufrimos pérdida alguna.
-Así es, mi general. Con pistolas como ésa que se encuentra a sus pies.
-¿Ésta? -se inclina y la recoge del suelo.
El general la dispara hacia la tierra de nadie. Un chorro de corto alcance brotó del arma.
-Pero... ¡si es pintura!... Una pistola de pintura. Sólo querían pintar a los miembros de la expedición con colores, para que no se sintiesen fuera de lugar entre ellos.
-Entonces esta guerra es un error -constató el soldado mientras miraba directamente al rostro de su superior.
-Que quedará enmendado ganando la guerra –dijo aquél, y ordenó un nuevo ataque.
Fin
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Relato finalista en el V Concurso Internacional de mini cuento fantástico miNatura 2007. Publicado en la revista digital miNatura, 2007.
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***
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EL BICHO
Año 3.025.
-¿Te has enterado?... Han capturado a un extraterrestre -le comunicó todo excitado D2DS a su amigo 1TD3, ambos aún unos niños-. Y podemos ir a verlo; está expuesto en el Museo de la Ciencia. Y está vivo.
-No me digas. ¿Y cómo es?
-No lo sé; dicen que raro.
-¿Cómo de raro?
-Como nosotros. Dicen que tiene ojos y manos, piernas y narices, y, en fin, de todo.
-¿Y dónde está lo raro?
-En que no tiene ni un sólo apéndice ni miembro en su sitio acostumbrado, todo cambiado de sitio.
-¡Jobar!, eso hay que verlo.
-¿Tienes dinero para las entradas?
El Museo de la Ciencia era enorme, pero no les costó mucho localizar dónde se hallaba expuesto el alien: todo el público
aistente iba hacia allí, A duras penas, por el gentío congregado junto a la especie de jaula en la que le habían confinado,
pudieron vel al alienígena. Una placa visible rezaba: ¡Cuidado, no se acerquen: muerde!
-¡Es un bicho muy feo!
-Ya lo creo. ¿Qué serán esos sonidos tan incomprensibles y molestos que emite?
-Rugidos, gruñidos... voces sin significado. Quizá nos trata de imitar.
La bestia incongruente del interior de la jaula continuó parloteando: "Vengo del planeta Tierra en misión de paz. Les ruego que me escuchen, por favor..."
Fin
Año 3.025.
-¿Te has enterado?... Han capturado a un extraterrestre -le comunicó todo excitado D2DS a su amigo 1TD3, ambos aún unos niños-. Y podemos ir a verlo; está expuesto en el Museo de la Ciencia. Y está vivo.
-No me digas. ¿Y cómo es?
-No lo sé; dicen que raro.
-¿Cómo de raro?
-Como nosotros. Dicen que tiene ojos y manos, piernas y narices, y, en fin, de todo.
-¿Y dónde está lo raro?
-En que no tiene ni un sólo apéndice ni miembro en su sitio acostumbrado, todo cambiado de sitio.
-¡Jobar!, eso hay que verlo.
-¿Tienes dinero para las entradas?
El Museo de la Ciencia era enorme, pero no les costó mucho localizar dónde se hallaba expuesto el alien: todo el público
aistente iba hacia allí, A duras penas, por el gentío congregado junto a la especie de jaula en la que le habían confinado,
pudieron vel al alienígena. Una placa visible rezaba: ¡Cuidado, no se acerquen: muerde!
-¡Es un bicho muy feo!
-Ya lo creo. ¿Qué serán esos sonidos tan incomprensibles y molestos que emite?
-Rugidos, gruñidos... voces sin significado. Quizá nos trata de imitar.
La bestia incongruente del interior de la jaula continuó parloteando: "Vengo del planeta Tierra en misión de paz. Les ruego que me escuchen, por favor..."
Fin
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