domingo, 17 de julio de 2011

¡ATCHISS...!

¡ATCHISS...!

El guarda jurado suspiró. Comenzaba su aburrido turno de vigilancia nocturna. Y yo con este inopinado resfriado... Le pareció oír ruido proveniente de la sección de juguetería. Se acercó sigilosamente. Era difícil no hacer el menor ruido con todos aquellos manojos de llaves colgando de la cintura. ¿Ladrones?... Sentía perentorias ganas de estornudar. En medio de la calle vislumbró una forma humana, infantil, arrodillada sobre el piso enlosado, jugando con diversos juguetes bajados de sus estantes y desempaquetados; algunos de ellos, robots y coches, dejaban brillar sus luces en la oscuridad. A los juguetes no se les ponen pilas antes de venderlos, normalmente... Decidió conectar su linterna y sorprender al intruso.

-Niño, ¿quién eres, qué haces aquí?

El chiquillo se volvió, quedando deslumbrado por la luz. El guarda hizo soplar su silbato para alertar a sus compañeros de vigilancia. Los juguetes luminosos se apagaron como por arte de ensalmo y se detuvieron.

El guarda dio suelta al impulso natural contenido:

-¡Atchiss...! -asintió de una cabezada involuntaria debido a la fuerza del estornudo.

-Jesús -musitó el niño.

Cuando se hizo encendieron las luces de todo el Centro, no se pudo hallar el menor rastro de la presencia del muchacho; tan sólo quedaron los juguetes yertos, desparramados por el suelo como prueba de su paso imposible.

Fin
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Obra de José Ruiz DelAmor
De "Historias Fantásticas"
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***
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