jueves, 14 de julio de 2011

LA ABEJA Y LA ORQUÍDEA


LA ABEJA Y LA ORQUÍDEA

(fábula)


Una abeja macho de la poco conocida especie Eucera nigrilabis volaba por sobre flores, matorrales y árboles en busca de una hembra de su especie con la pretensión natural de copular a fin de reproducirse. Iba en amores incendiado y no se lo pensó un momento cuando vislumbró sobee un tallo a un casi perfecto ejemplar de hembra de su propia especie aguardando con las alas extendidas.

Cayó sin pensárselo sobre ella y halló con grata sorpresa una indiferencia total, que él supuso de aceptación. Comenzó así la cópula que mantuvo durante varios minutos... aunque algo no funcionaba del todo bien; la indiferencia de la hembra no era natural. Demasiada indiferencia, demasiada quietud.

Realizó una inspección a fondo de su partener y pronto descubrió el engaño: No se trataba de una abeja hembra sino de la flor de la orquídea Ophys tenthredinifera, que emulando la imagen de una abeja casi a la perfección le había vuelto a engañar una vez más. Estuvo como un estúpido macho rozando los polinios de la flor, las masas de polen que penden del labelo superior, y gran parte del polen de estos se le habían adherido a su cuerpo piloso. Siempre le confundía la maldita flor al mimetizar su labelo inferior de aquella forma tan convincente.

Se marchó volando confuso, sin cejar por el fracaso en su objetivo previsto de reproducción, cayendo varias veces en la trampa similar de otras tantas flores de la orquídea imitadora, ignorando que el objeto de su vuelo, la reproducción, estaba en realidad dando sus frutos, polinizando todas las orquídeas en las que se posó, aunque esta labor no redundase en aumento de su propia especie sino en otra.

La moraleja es elemental:

Es fácil usar al obseso
que anda loco por el sexo.
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Obra de José Ruiz DelAmor
De "Fábulas fabulosas"
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